LA MEMORIA
La memoria es un
proceso cognitivo mediante el cual se puede recordar y traer recuerdos del
pasado o acontecimientos almacenados al presente, y surge como resultado de las
conexiones sinapticas repetitivas de las neuronas, lo que crea redes neuronales[1]. Este proceso de memoria
implica un proceso de tres etapas que debe funcionar correctamente para un
resultado satisfactorio. Estas tres etapas son denominadas como codificación,
almacenamiento y recuperación.
Definición desde la
neuropsicología:
La memoria es un
proceso neurocognitivo el cual permite registrar, codificar, almacenar, acceder
y recuperar la información y constituye un proceso básico para la adaptación
del ser humano al mundo que lo rodea.
1. Codificación:
Es la llegada de la
información y el registro de la misma. En este momento se
necesita mayor
atención para la incorporación continua de información nueva y se
relaciona con los conocimientos
ya almacenados.
2. Conservación:
Es archivar la
información en la memoria hasta que la misma se necesita para ser
utilizada. Es decir
implica guardar la información en la memoria hasta que sea
necesaria.
3. recuperación
Implica llevar de nuevo
el recuerdo a la conciencia cuando sea necesario. Permite
recuperar la
información archivada.
Aparecen menos
dificultades cuando una persona debe recordar con imágenes o
con diferentes
ayudas y no cuando debe evocar espontáneamente.
Maneras de categorizar la memoria
Existen maneras
diferentes de categorizar el proceso de memoria esta teniendo en cuenta el
tiempo, al tipo de información almacenada de teniendo en cuenta de cómo esta se
almacene.
De acuerdo al
tiempo:
Memoria inmediata, operativa o a corto plazo:
Esta es la memoria
que trabaja con la información presentada unos segundos
previos. Es la fase
donde ingresa la información, se debe mantenerla y luego se
traslada esa
información a un sistema de almacenamiento.
Pero esta capacidad
de retener la información es muy corta, de alrededor de 1
minuto y es muy
sensible a las interferencias. Es un sistema de entrada. Y una
vez que ingresa esa
información, se traslada a una Memoria a largo plazo. Esta también es
denominada memoria inmediata o memoria o memoria de trabajo o funcional.
Memoria a largo plazo:
La información es
almacenada hasta que se necesita nuevamente.
Esta constituida
por varios componentes:
.- Capacidad para
demorar el recuerdo: es la memoria que se requiere para lo
hechos ocurridos o
la información presentada en los minutos previos.
.- Memoria
reciente: es la memoria para hechos que sucedieron o información
recibida en días o
semanas anteriores
.- Memoria remota:
es la memoria para hechos que sucedieron o información que
ha sido procesada
hace muchos años.[2]
Memoria de acuerdo el tipo de
información almacenada
Memoria semántica:
Son las ideas y
hechos que fuimos aprendiendo durante el transcurso de la
vida, es el
conocimiento general del mundo. La
memoria semántica en resumidas tiene las siguientes funciones y
características: organización conceptual, referencia cognitiva, escasa
interferencia, recupera información que no a sido precisamente aprendida tiene
capacidad interferencial y retiene conocimiento.
Memoria episódica:
Es la memoria de
las experiencias personales, son los hechos o
acontecimientos que
nos han sucedido a nosotros mismos, es decir son las
experiencias
personales.
Memoria implícita:
Es la memoria para
las habilidades y los procedimientos y consiste en la
capacidad de
recordar como se hacen ciertas cosas, como manejar un auto o
coser un botón.
Memoria Prospectiva:
Es la memoria que
se puede definir como el recuerdo de hacer algo en un momento concreto del
futuro y la ejecucion del plan previamente formulado o dicho de otro modo es la
memoria que nos permiter realizar la planificacion.
De acuerdo a la forma como se almacena
Memoria verbal:
Esta es la memoria
para la información guardada en forma de palabras, ya sea oral o escrita.
Memoria visual:
esta es la memoria
para la información que se necesita ser recordadas en forma visual, por ejemplo
rostros, dibujos, colores etc.
Memoria olfativa:
memoria que se
necesita ser recordada por medios de olores aromas etc.
Memoria gustativa:
Es la memoria que
se guarda en forma de sabores y procesos que tengan que ver con el gusto. Ej.
Saborear una fruta o probar un alimento[3]
Neuroanatomía de la memoria
La neuroanatomía de
la memoria comprende una variedad de estructuras
cerebrales donde se encuentra las siguientes:
Hipocampo: se han demostrado que daños en el hipocampo
y sus regiones circundantes pueden provocar amnesia anterógrada, esto es, la
incapacidad para crear recuerdos nuevos. Esto significa que el hipocampo no
sólo es importante para el almacenamiento de los mapas cognitivos, sino también
para la codificación de recuerdos. El hipocampo también esta relacionado con la
consolidación de la memoria en el proceso de que la información pasa de la
memoria de corto plazo a la de largo plazo. Esta consolidación puede darse por
varios años. También se ha hallado que
es posible obtener nuevos recuerdos semánticos sin el hipocampo pero no podrían
crearse o obtener recuerdos episódicos.
Cerebelo: cerebelo desempeña un papel en el aprendizaje motor y
de recuerdos procedimentales, tales como las habilidades que requieren de un
grado de coordinación y control de motricidad fina. Algunos ejemplos de
habilidades relacionadas con la memoria procedimental podrían ser aprender a
tocar un instrumento musical o a conducir un vehículo. Las personas con amnesia
global transitoria que tienen dificultades para crear recuerdos nuevos o
recordar sucesos pasados pueden, en ocasiones, conservar la capacidad de
ejecutar piezas musicales complejas, lo que sugiere que la memoria
procedimental está completamente disociada de la memoria consciente, también
conocida como memoria explícita.
Amígdala: Las amígdalas se asocian con el aprendizaje
y la memoria emocionales, en la medida en que responde intensamente ante la
presentación de estímulos emocionales, especialmente el miedo. Las neuronas de
estas estructuras ayudan a la codificación de recuerdos emocionales,
realzándolos. Este proceso se traduce en el hecho de que los sucesos emotivos son
codificados de forma más profunda en la memoria. Lo que nos da a entender que
los recuerdos relacionados con la memoria tiene un alto nivel emocional.
Lóbulo frontal:
la
actividad de los lóbulos frontales es muy importante para la
memoria de trabajo. Por ejemplo, a la hora de pensar sobre cómo llegar a un
lugar al que no se ha ido antes, se combinan diversos
conocimientos que ya se han adquirido previamente el mapa mental que se tenga
de la ciudad en la que se encuentra ese lugar la información que podamos
extraer de un mapa el conocimiento sobre los patrones de circulación en la zona
las conversaciones oídas al respecto previamente, etc. Mediante el uso activo
de toda esta información se puede llegar a determinar una ruta apropiada para
alcanzar el objetivo. Esta acción implica el uso controlado de información en
la memoria de trabajo, coordinada por los lóbulos frontales.
Lóbulo temporal: Los
lóbulos temporales también están implicados en la memoria de reconocimiento.
Ésta consiste en la capacidad para identificar un elemento que ha sido
percibido con anterioridad. Está
comúnmente aceptado que la memoria de reconocimiento está formada por dos
componentes: un componente de familiaridad, y un componente recolectivo. El
primero consiste en la sensación de conocer algo, y el segundo tiene que ver
con la identificación del origen del recuerdo.
Lóbulo parietal: este
lóbulo esta ligado a la memoria verbal de corto plazo. Y los daños en el giro
supra marginal puede provocar perdida de memoria a corto plazo.[4]
La importancia de las hormonas en el proceso de la
memoria
Las
hormonas que produce nuestro organismo pueden ser beneficiosas o perjudiciales
para la memoria, dependiendo de su tipo. Entre las primeras, se cuentan, por
ejemplo, las “hormonas antienvejecimiento”, las cuales entre muchas otras
ventajas, mejoran el proceso global de la memoria.
En tanto, otras actúan negativamente sobre nuestra
capacidad de memorizar nombres y conceptos, como por ejemplo, el exceso de
glucocorticoides, que se suele dar cuando la persona experimente repetidas
situaciones de tensión y estrés. El exceso de este tipo de hormonas, podría
llegar a dañar con el tiempo al hipocampo, un centro cerebral fundamental en
todo el proceso de la memoria.
Es por esta causa que es muy importante que si sufre
problemas de memoria, consulte al médico para que evalúe la necesidad de
realizar mediciones de hormonas (lo cual no demanda más que un simple análisis
de sangre). En el caso de que las cifras de algunas de las beneficiosas sean
bajas, se podrá efectuar una terapia de reemplazo hormonal, que las restituya a
sus niveles ideales. Para combatir a las perjudiciales también podrá tomar
alguno de los varios medicamentos de última generación, los cuales han dado muy
buenos resultados en la mayoría de los casos.
A continuación, le mostramos cuales son las cuatro hormonas
que más inciden en la buena memoria de los seres humanos.
- Hormona
de crecimiento: Gracias a ella, se produce el crecimiento
de los tejidos del organismo, aumentando además el volumen de las células
y favoreciéndose su reproducción, lo que ayuda a suplir el deterioro que
el cuerpo sufre con el paso del tiempo.
- DHEA: Mejora
significativamente la memoria, pero además, entre sus varios efectos
positivos, refuerza todo el sistema inmunológico, aumenta la distribución
de grasa corporal, sirve como antioxidante, e incrementa el deseo y la
actividad sexual. El punto máximo de esta hormona es alrededor de los 20
años. Luego, empieza a disminuir en un 2% de forma anual, y a los 80 años
sólo se tiene entre un 10% y 15% de los valores de los 20 años.
- Melatonina: Mejora
la memoria gracias a su acción para conciliar el sueño, hacer que el mismo
se adapte a otros ámbitos y climas, y aliviar y proteger a todo el
organismo de los efectos negativos del estrés. Además, estimula las
defensas, y protege al organismo de enfermedades cardíacas y
degenerativas.
- Pregnenolona: Esta
hormona es muy importante para estimular la claridad de pensamiento, el
cálculo, la memoria, y la habilidad creativa. Sin embargo, el organismo
produce hasta un 60% menos de esta hormona a los 75 años, en comparación
con la edad de 35 años, lo cual debilita las capacidades anteriormente
mencionadas.[5]
[1] Cf. Robert
Feldman. (2005). Psicología con aplicaciones a los países de habla
hispana. México: McGraw Hill. Interamericana.
[2] Tres14. (2009). 'Memoria' [Programa de
televisión]. «Entrevista a Ignacio Morgado, catedrático de psicobiología
en la Universidad Autónoma de Barcelona»
[3] Taylor,
Ann. «Introducción a la
psicología: una visión científico humanista». 2003(Pearson
Educación): pp. 422.
[4] IgnacioMorgado Bernal (29 junio de 2005). «Psicobiología del aprendizaje y la memoria».
Consultado el 19 de diciembre de 2009.
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